Revista-Asma-2018-01-04

Almonacid Sánchez C. Rev Asma. 2018;3(1):16-20

Nuevas tecnologías y asma

Autores

Carlos Almonacid Sánchez

Servicio de Neumología. Hospital Ramón y Cajal. Madrid, España

Correspondencia

Carlos Almonacid Sánchez
Carretera de Colmenar Viejo, km 9,1. 28034 Madrid, España
Tel.: 91 336 81 33.
E-mail: carlos.almonacid@separ.es

 

Resumen

En la actualidad, a nivel clínico, ya contamos con sistemas informáticos basados en sistemas de inteligencia artificial de apoyo al diagnóstico y a la gestión de la información, y la telemedicina está comenzando a desafiar la necesidad de hospitales de alto nivel que cuenten con todas las especialidades médicas o quirúrgicas. Esto permite, a su vez, tener acceso a una medicina de calidad a personas que viven muy alejadas de centros hospitalarios, con dificultades de acceso físico o de desplazamiento, y a misiones humanitarias en países en desarrollo o en zonas de conflicto. Estos avances han beneficiado a todas las especialidades médicas y quirúrgicas, no siendo la neumología una excepción. En este artículo se hace una revisión de la situación actual de los nuevos avances tecnológicos y su aplicación en la medicina, así como de las evidencias disponibles sobre su uso actual en pacientes asmáticos.

Introducción

Los nuevos avances tecnológicos han supuesto una revolución no solo científica, sino también social. En muy pocos años hemos aceptado y adaptado a nuestra vida todos estos nuevos logros, cambiando la manera y la velocidad con la que nos comunicamos y la forma de comprar, de socializar e incluso de trabajar.

Esta revolución tecnológica ha afectado a todos los sectores industriales y científicos, siendo el área de la medicina una de las que más se ha beneficiado. Estos avances no solo han supuesto una ayuda en el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades, beneficiando a los profesionales de la medicina, sino también para los usuarios de la atención médica, que disponen en la actualidad de un mayor acceso a la información médica, de más centros médicos y de redes sociales médicas centradas fundamentalmente en los pacientes1.

Cada día aparecen nuevas noticias relacionadas con los avances médicos, especialmente los tecnológicos, aplicados a la investigación y a su uso en la clínica habitual. Ejemplo al respecto son el desarrollo de un páncreas artificial2, la biopsia líquida3, la medicina de precisión (terapias dirigidas en oncología y otras patologías4), la inteligencia artificial (IA) aplicada a la práctica clínica (IBM Watson) y al desarrollo de fármacos5, nuevos avances en nutrigenómica6 y en la edición genómica (CRISPR7) sensores para monitorizar la salud (wearables - internet de las cosas8), evolución de los robots quirúrgicos9, biomarcadores e impresión en 3D aplicada a la medicina10,11.

Telemedicina. Aplicaciones en patología respiratoria

Esta tecnología ya no es el futuro, es el presente, y los logros comentados previamente ya son de uso clínico habitual. A diario aparecen nuevos avances y tecnologías cuya rapidez de implantación en la rutina diaria es cada vez mayor. El desarrollo tecnológico también ha supuesto una revolución en el mundo de las telecomunicaciones, que ha facilitado el desarrollo de lo que en la actualidad se denomina tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Las TIC engloban una serie de elementos descritos en la Figura 1. Los profesionales de la medicina también tenemos que adaptarnos y dominar estos avances, ya que se han abierto nuevas posibilidades diagnósticas y terapéuticas en nuestra profesión. La utilidad de estos nuevos avances ha sido y sigue siendo objeto de estudio en la atención a los pacientes, la colaboración con otros profesionales y la gestión de recursos (Tabla 1). Si realizamos una búsqueda en PubMed con el término “telemedicine”, aparecen más de 26.000 publicaciones, de las cuales más de 900 están relacionadas con patología respiratoria. Las TIC también han aportado nuevos avances en el terreno de la investigación, facilitando la difusión del conocimiento, la comunicación entre investigadores y el desarrollo de redes de investigación12.

Figura 1.
Elementos que forman parte de las tecnologías de la información y la comunicación


Tabla 1.
Entornos de aplicación de la telemedicina y potenciales barreras para su uso

Entornos básicos de actuación de la telemedicina

Procesos asistenciales

  • Teleconsulta
  • Telediagnóstico
  • Telemonitorización domiciliaria
  • Teleasistencia

Procesos formativos de facultativos y de pacientes

Gestión de pacientes y de servicios

Potenciales barreras para su uso

Tecnológicas – simplificar los dispositivos

Organizativas – aceptación por los gestores, personal sanitario y pacientes

Recursos humanos – personal adecuadamente formado y en número suficiente para atender a los pacientes

Económicas – coste inicial de la adquisición y mantenimiento de los dispositivos utilizados

Aspectos legales – seguridad y privacidad de la información transmitida y almacenada

En la actualidad, a nivel clínico, ya contamos con sistemas informáticos basados en IA de apoyo en el diagnóstico y en la gestión de la información13, y la telemedicina está comenzando a desafiar la necesidad de hospitales de alto nivel que cuenten con todas las especialidades médicas o quirúrgicas1. Por otro lado, también es posible realizar cirugías de precisión mediante el uso de robots manipulados por otro cirujano especializado en una técnica concreta a miles de kilómetros, sin necesidad de desplazar al paciente a otro centro hospitalario14. Esto permite, a su vez, tener acceso a una medicina de calidad a personas que viven muy alejadas de centros hospitalarios, con dificultades de acceso físico o de desplazamiento, a misiones humanitarias en países en desarrollo o en zonas de conflicto y a misiones de investigación en el espacio.

Estos avances han beneficiado a todas las especialidades médicas y quirúrgicas, no siendo la neumología una excepción. Además de los avances diagnósticos y terapéuticos, la telemedicina ha supuesto un gran avance y una gran ayuda a la hora de comunicar y transmitir información clínica del paciente a su médico. En la actualidad disponemos de aplicaciones móviles, comunicación basada en la web y herramientas de medición de datos clínicos15.

Las aplicaciones móviles permiten hacer un seguimiento de los síntomas y del uso de los medicamentos, siendo este un aspecto clave para aprender a controlar la enfermedad. Estos dispositivos son de gran ayuda para la transmisión de información y para la educación del paciente, incluyendo un plan de acción en caso de descompensación de la patología de base. También pueden ser de ayuda para mejorar la adhesión al tratamiento, ya que permiten emitir recordatorios para la toma de la medicación o una cita con un profesional. Algunos proveedores de servicios de salud tienen ya sistemas para compartir datos directamente desde la aplicación móvil con el médico, pudiendo incluso solicitarse cita previa. El médico, a su vez, puede valorar cómo están progresando los síntomas e intervenir si surgen problemas16.

La comunicación basada en la web utiliza un sitio web “todo en uno” que ayuda a los pacientes con una determinada patología para autogestionar su afección con un equipo de atención médica y desde cualquier ubicación. Una herramienta ofrece contenido educativo personalizado y basado en la evidencia, ayuda a los pacientes a rastrear e informar de los síntomas, involucra a los miembros de la familia y a los cuidadores y brinda a los médicos la oportunidad de intervenir en el momento oportuno17.

Algunas plataformas médicas ya permiten que la telemedicina ofrezca una atención médica de alto nivel sin tener que conducir mucho tiempo o esperar en el consultorio del médico, especialmente para quienes viven en comunidades rurales alejadas de la asistencia médica especializada. En las visitas clínicas, los médicos locales realizan pruebas y exámenes en persona y conectan con un especialista a través de un vídeo en vivo. Estas plataformas también posibilitan las visitas a demanda desde el hogar u oficina, permitiendo en la actualidad realizar consultas virtuales sobre temas muy concretos. Es un sistema con muchas ventajas para visitas de seguimiento o educativas; permite, por ejemplo, surtir recetas, revisar un plan de acción contra el asma o recibir instrucciones sobre cómo usar correctamente un inhalador broncodilatador o un autoinyector de epinefrina, todo desde la comodidad del domicilio u oficina. Algunos servicios ofrecen una visita guiada por vídeo del hogar para identificar y sugerir cómo reducir posibles desencadenantes del asma y agravantes de la patología de base18.

Comunidades en línea

En los últimos años también han surgido comunidades en línea. Se trata de grupos de apoyo que ofrecen un sentido de comunidad, un lugar para conectarse con otras personas que atraviesan desafíos similares e intercambiar sugerencias prácticas. Existen comunidades en línea específicas para el asma y otras patologías (http://redpacientes.com). No son un sustituto del consejo médico, pero pueden ser un valioso sistema de apoyo para reducir la ansiedad y aumentar la confianza19.

Internet de las cosas

Finalmente, se está imponiendo el denominado internet de las cosas. Se trata de un concepto que se refiere a la interconexión digital de objetos cotidianos con Internet, permitiendo la transmisión de datos de forma pasiva, sin que el usuario tenga que interaccionar. En el terreno médico ha llevado al desarrollo de aparatos y dispositivos electrónicos que se incorporan en alguna parte del cuerpo, interactuando de forma continua con el usuario y con otros dispositivos con la finalidad de realizar alguna función concreta: relojes inteligentes, zapatillas de deportes con GPS incorporado y pulseras que monitorizan constantes o funciones vitales son ejemplos, entre otros muchos, de este género tecnológico que se halla poco a poco cada vez más presente en nuestras vidas. Son los denominados “wearables” o “llevables” o “vestibles”. Se trata de microcomputadoras que recogen toda la información para la que han sido programadas, como actividad física, síntomas, saturación de oxígeno, frecuencia cardiaca, niveles de glucosa, etc. Estos dispositivos posiblemente supongan otra pequeña revolución de la medicina a corto plazo, ya que van a permitir la transmisión de todos estos datos de forma pasiva, sin que la persona que los lleva tenga que realizar ningún esfuerzo. Esto permitirá el desarrollo de nuevas formas de realizar investigación biomédica y ensayos clínicos e incluso influirá en la atención clínica habitual20.

Evidencias en la aplicación de las nuevas tecnologías en el asma

A nivel general la evidencia de la eficacia de las nuevas tecnologías aplicadas a la medicina, y en concreto al asma, sigue siendo limitada. La calidad metodológica de los estudios incluidos en las revisiones sistemáticas es baja. Para algunos campos su impacto no es evidente, los resultados son mixtos o no existen estudios a largo plazo. Curiosamente, sí se encuentran evidencias de calidad moderada en la mejoría de los pacientes con asma, en las tasas de asistencia a consultas y en el aumento de las tasas de abstinencia tabáquica. La mayoría de los estudios se realizaron en países con una renta per cápita elevada, lo que implica que estas nuevas tecnologías aún se encuentran en una etapa temprana de desarrollo en países con ingresos bajos12.

Una revisión sistemática reciente de la aplicación de las nuevas tecnologías en el asma identifica 813 artículos, aunque debido a la calidad de los trabajos solo once se incluyeron en la síntesis cualitativa y seis en el metaanálisis. Entre los once estudios, hubo 1.460 pacientes en los grupos de intervención y 1.349 en los grupos de control. El análisis no reveló diferencias significativas en el cambio de la puntuación de los síntomas de asma entre la telemedicina y los grupos de control (g de Hedges agrupados = 0,34, intervalo de confianza del 95% = -0,05 a 0,74, Z = 1,69, p = 0,090)22.

Las evidencias en relación con control de la enfermedad, calidad de vida y consumo de recursos todavía están por aclarar. Actualmente se necesitan más estudios, con un buen diseño, que contesten a estas preguntas específicas en un tipo de población concreta y que evalúen la eficacia y la relación coste-eficacia. Esto es necesario antes de que se pueda generalizar el uso de esta tecnología.

Futuro de la utilidad de las nuevas tecnologías

A pesar de los resultados obtenidos de los estudios previamente comentados, en la aplicación de las nuevas tecnologías al cuidado de los pacientes, el futuro es prometedor y las sociedades científicas comienzan a posicionarse sobre su uso23. Sin embargo, no solo hemos de mirar hacia este futuro prometedor, sino que también tenemos que descubrir qué camino tomar. Examinamos una serie de nuevas tecnologías y avances científicos prometedores, pero los hemos establecido en el contexto de un mundo que debe tomar decisiones difíciles sobre qué debería ponerse a disposición y a quién. Además, debemos tener en cuenta el coste económico de estos avances, las potenciales inequidades en el acceso a esta tecnología y la seguridad de los datos obtenidos.

A corto plazo, debemos cuestionar si los supuestos beneficios de las nuevas tecnologías, las invenciones y los descubrimientos superan a los costes. A veces pueden producir más daño que bien; por ejemplo, el saber que una persona es portadora de un gen de una enfermedad sin cura puede generar más problemas que beneficios. También se puede descubrir que los dispositivos implantables solo estén disponibles para personas con mayores posibilidades económicas o causen algún daño inesperado. Otro dato de especial relevancia es quién controle los datos obtenidos y quién pueda tener acceso a los mismos, dado los potenciales intereses económicos que hay detrás (aseguradoras médicas, servicios privados de salud, gobiernos). Además, hemos de asegurarnos de que la implantación de todas estas nuevas tecnologías sea realmente eficiente. La nueva información y las nuevas opciones generan nuevas responsabilidades.

Para la mayor parte de la medicina, el futuro es altamente incierto. La mayoría de las enfermedades tienen múltiples causas, y las decisiones de tratamiento deberán tomarse a través de un sofisticado análisis de riesgos. Así que, aunque las nuevas tecnologías sean emocionantes, es probable que una mejor comprensión científica y recursos limitados hagan que las decisiones a las que los pacientes y sus médicos se enfrenten no sean menos, sino más difíciles.

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