Las técnicas de imagen como biomarcador en asma grave

Fátima Álvarez Jáñez

Resumen


Los pacientes con asma grave no controlada suponen un reto asistencial y una sobrecarga para nuestro sistema sanitario. Contamos con herramientas muy limitadas para la valoración, categorización y manejo de estos pacientes, basándonos en datos clínicos, analíticos y espirométricos. En las guías clínicas actuales, las técnicas de imagen tan solo están indicadas en estos pacientes para buscar complicaciones, diagnósticos alternativos o patologías asociadas. No obstante, los cambios morfológicos que sufren las vías aéreas de estos pacientes pueden cuantificarse de forma objetiva mediante una Tomografía Computerizada (TC) de tórax, donde es posible medir parámetros como el engrosamiento de la pared bronquial, cuantificar los tapones mucosos y las bronquiectasias. Gracias a los avances en el campo del diagnóstico por la imagen, la RM también ha demostrado buena correlación para medir estos parámetros. Por otro lado, también es posible cuantificar las alteraciones funcionales pulmonares derivadas del asma, con técnicas como la TC de tórax en inspiración y espiración y la RM pulmonar con gases hiperpolarizados, donde es posible valorar las áreas de atrapamiento aéreo y los defectos ventilatorios respectivamente.  Todos estos parámetros son biomarcadores emergentes en el asma, con los que se están obteniendo resultados bastante positivos en la correlación con la gravedad de la enfermedad, la clasificación en distintos fenotipos, su utilidad en la elección de tratamientos dirigidos y  la monitorización de la respuesta a estos tratamientos.


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