Pérez de Llano LA. Rev Asma. 2017;2(2):172-178
Asma neutrofílica
Autor
Luis Alejandro Pérez de Llano
Servicio de Neumología. Hospital Universitario Lucus Augusti. Lugo, España
Correspondencia
Luis Alejandro Pérez de Llano
Hospital Universitario Lucus Augusti
C/ Dr. Ulises Romero, 1. 27003 Lugo, España
Tel.: 982 29 60 00
E-mail: eremos26@hotmail.com
Resumen
El asma neutrofílica se puede definir como “asma —con demostración de hiperrespuesta bronquial— en no fumadores que en su esputo tienen un recuento de neutrófilos ≥ 76% o bien > 65% en dos ocasiones, o en fumadores sin obstrucción bronquial fija”.
Las células Th17 parecen tener un importante rol en el asma grave, especialmente en el reclutamiento y la expansión de neutrófilos. Los Th17 se caracterizan por la producción de IL-17A, IL-17F, IL-21 e IL-22, y se ha demostrado una correlación significativa entre la expresión bronquial de IL-17F y la presencia de neutrófilos. Se ha observado que el asma puede ser neutrofílica desde un inicio o puede suceder a un endotipo inflamatorio Th2 por la acción del tratamiento esteroideo, por inhalación de humo de tabaco o por cambios en la microbiota. Hasta el momento no existe un biomarcador que permita identificar el patrón neutrofílico, por lo que solo el esputo inducido sirve para este propósito. La neutrofilia en el esputo se relaciona con mayor gravedad del asma, mayor obstrucción bronquial y peor respuesta al tratamiento. Hasta la fecha, los resultados de los fármacos dirigidos específicamente contra el asma neutrofílica (anti-TNF-α, brodalumab, AZD5069) han sido negativos y el uso de la triple terapia inhalada y de macrólidos son las mejores opciones terapéuticas para estos pacientes.
¿Qué es y qué no es asma neutrofílica?
El análisis de esputo ha revelado que el 25-50% de los pacientes con asma sintomática muestran un patrón “no eosinofílico”1-2, porcentaje que ha llegado hasta un 64% en el estudio de McGrath et al.3, aun incluyendo a pacientes con una edad media de 30 años y sin tratamiento con corticoides inhalados (CI). El concepto de “asma no eosinofílica” incluye dos patrones inflamatorios en esputo: neutrofílico y paucigranulocítico.
La definición de asma neutrofílica descansa sobre el recuento celular en el esputo, y se adopta un umbral ≥ 76%4. Pero no todos los autores aceptan este porcentaje, y el grupo de la Universidad McMaster define el asma neutrofílica como un porcentaje de neutrófilos superior al 65% en, al menos, dos ocasiones5. Se debe tener en cuenta que el neutrófilo es la célula más numerosa en el recuento celular del esputo, tanto en asmáticos como en personas sanas.
El asma neutrofílica se caracteriza anatomopatológicamente por la ausencia de remodelado, en contra de lo que ocurre en el asma eosinofílica. Además, es importante reseñar que eosinofilia y neutrofilia no son mutuamente excluyentes. Un estudio de Wenzel et al.6 dividió a veinte pacientes con asma grave en eosinofílicos y no eosinofílicos, comprobando que el número de neutrófilos no difería de forma significativa en ambos grupos. Redundando en ello, en un estudio en el que se incluyó a 12 controles sanos, 10 asmáticos leves y 8 pacientes graves, Kikuchi et al. encontraron una correlación significativa entre la presencia de eosinófilos y neutrófilos en el esputo de los pacientes graves7.
La neutrofilia en el esputo es menos estable que la eosinofilia, pero el estudio de Loza et al.8 examinó la estabilidad del recuento celular en esputo a lo largo de un año en dos cohortes (ADEPT, con 156 asmáticos, y U-BIOPRED, con 82). Identificaron cuatro clústeres, y entre ellos el clúster neutrofílico mostró una apreciable estabilidad a lo largo del tiempo (coeficiente de 0,74).
Cabe preguntarse si el término “asma Th2 bajo” equivale a asma neutrofílica, pero, desgraciadamente, el grupo de San Francisco que desarrolló el concepto de “Th2 alto y Th2 bajo” no ofrece datos en sus publicaciones que permitan conocer qué porcentaje de pacientes con Th2 bajo tienen asma neutrofílica. Es lógico pensar que no el 100% (los clasificados como paucigranulocíticos también estarían en este grupo), aunque sí un porcentaje apreciable de pacientes con Th2 bajo serían neutrofílicos.
Es bien sabido que el tabaco es un factor que promueve la neutrofilia en el asma y que, al mismo tiempo, puede dar lugar a una obstrucción fija (situación entendida como asthma-COPD overlap: ACO). Esto plantea la duda de si es posible diagnosticar un asma neutrofílica en fumadores. Si un paciente es fumador de ≥ 10 paquetes/año, tiene una obstrucción bronquial fija y ≥ 76% de neutrófilos en el esputo y está diagnosticado de asma, cumpliría criterios de ACO de acuerdo con el consenso SEPAR (Figura 1)9. En consecuencia, siendo estrictos, un paciente fumador solo podría ser diagnosticado de asma neutrofílica si no tuviese una obstrucción fija.
Figura 1.
Flujograma de confirmación diagnóstica de ACO
Con todo lo anterior podríamos proponer una definición de asma neutrofílica como “asma —con demostración de hiperrespuesta bronquial— en no fumadores que en su esputo tienen un recuento de neutrófilos ≥ 76% o bien > 65% en dos ocasiones, o en fumadores sin obstrucción bronquial fija”. Puede tener dos subtipos: sin o con eosinofilia (“patrón mixto”). Si este tipo de asma tiene una fisiopatología diferente al “asma clásica” (Th2 alta) y distinta respuesta al tratamiento no parece que tenga mucho sentido llamarla asma, pero se hace así porque no hay otro nombre que las distinga y, además, la realidad nos muestra que no hay “formas puras” de la enfermedad y que los diferentes endotipos pueden coexistir o sucederse en determinados pacientes.
Biología del neutrófilo
Los neutrófilos tienen un papel fundamental en la respuesta inmune innata. Su papel principal es eliminar a los microbios invasores, proceso que se sigue de la liberación de enzimas granulares, proteínas y moléculas reactivas de oxígeno. Tienen una vida media de 6-8 horas y su producción en la médula ósea (MO) está controlada por una citocina: G-CSF. Parte de la población de neutrófilos queda retenida en el estroma de la MO por la influencia del eje CXCR4/SDF-1. Durante el proceso de maduración, la expresión de CXCR4 disminuye, lo que facilita la liberación de los neutrófilos. Una vez liberados, la mitad de la población neutrofílica permanece en la sangre, mientras que la otra mitad se distribuye en los tejidos (pool marginal): hígado, bazo, MO. El pulmón no es un lugar de residencia habitual de los neutrófilos.
En situaciones de inflamación crónica, la vida media de los neutrófilos puede verse ampliada hasta 3-5 días. Una vez en los tejidos inflamados, los neutrófilos pueden retornar a la sangre o incluso a órganos linfáticos. En circunstancias homeostáticas, los neutrófilos están presentes en la circulación predominantemente en una forma madura (neu-2). En situaciones de estrés inmunológico, se movilizan en gran número otros dos fenotipos: en bandas (neu-1) e hipersegmentados (neu-3). Las características de los tres morfotipos se resumen en la Tabla 110. En el caso del asma grave, en especial durante una exacerbación, podría haber una variación en los diferentes porcentajes habituales de neutrófilos como consecuencia de la liberación de una serie de mediadores desde la célula epitelial (LTB4, IL-8, IL-1β, IL-17A). Estos factores podrían aumentar la vida media de los neutrófilos y su potencial inflamatorio y también ayudar a su potencial transformación en otras células, como la célula híbrida neutrófilo-APC, que puede interactuar con las células T para implementar una respuesta inmune predominantemente neutrofílica. El grado de activación de los neutrófilos se puede medir mediante un test de dihidrorrodamina para valorar el estado oxidativo o por citometría de flujo, “marcando” la expresión superficial de proteínas granulares (CD63+ y CD66b+).
Tabla 1.
Diferentes morfotipos de neutrófilos
Inmaduros |
Maduros |
Hipersegmentados |
|
Morfología del núcleo |
Banda |
Segmentada |
Hipersegmentada |
L-selectina (CD62L) |
+ |
+ |
- |
FCγRIII (CD16) |
- |
+ |
+ |
Supresión de LT |
- |
- |
+ |
Vida media |
6-8 h |
6-8 h |
Días |
Activados |
- |
- |
+ |
Antimicrobianos |
- |
+ |
+ |
¿CÓMO LLEGA EL NEUTRÓFILOA LA VÍA AÉREA?
Hay varias quimiocinas que se han implicado en el reclutamiento de neutrófilos en las vías aéreas, como GROα, IL-8, CXCL10 o CCL2, habiéndose encontrado niveles de estos mediadores elevados en el esputo.
Antes del descubrimiento de las células Th17, las células Th1, cuya diferenciación está mediada por IL-12 producida por células dendríticas y por IFNs de tipo I y que requiere la expresión del factor de transcripción T-bet, eran las responsables de la neutrofilia que se puede observar en algunos asmáticos. De hecho, se ha visto que en casos de asma grave el número de células Th1 es mayor, así como el de citocinas Th1, como IFNγ y TNF-α. Sin embargo, el tratamiento anti-TNF con golimumab ha sido ineficaz en asma grave, lo que hace muy improbable algún progreso terapéutico en esta vía.
Las células Th17 parecen tener un importante rol en el asma grave, especialmente en el reclutamiento y la expansión de neutrófilos. Aunque la principal función de los Th17 es la protección contra hongos y bacterias extracelulares, existe documentación experimental de que estas células pueden dirigir la inflamación tisular en ciertas enfermedades autoinmunes. Los Th17 se caracterizan por la producción de IL-17A, IL-17F, IL-21 e IL-22. Su diferenciación está regulada por la IL-23, que está estructuralmente emparentada con la IL-12. La IL-17A/F induce la liberación de quimiocinas como CXCL1 (GROα), CXCL8 (IL-8) y GM-CSF por las células epiteliales y células del músculo liso, sustancias relacionadas con la infiltración neutrofílica. La IL-17A/F actúa sobre una multiplicidad de células que responden con la sobreproducción de citocinas proinflamatorias, quimiocinas y metaloproteasas. Un estudio de Sorbello et al., que reclutó a 14 pacientes con asma alérgica leve y a otros 14 con asma alérgica grave, mostró una correlación significativa entre la expresión bronquial de IL-17F y la presencia de neutrófilos11. Se ha publicado que existe un aumento de la expresión de citocinas Th17 en la mucosa bronquial de pacientes con asma neutrofílica muy propensos a la exacerbación12. Además, Siew et al.13 encontraron que la expresión de IL-17, IL-6, IL-8 y el número de neutrófilos está aumentada en asmáticos fumadores respecto a lo que se observa en no fumadores. La correlación entre IL-17 e IL-8 y neutrófilos fue significativa. Por ello concluyen que la inflamación neutrofílica de asmáticos fumadores podría estar relacionada, al menos en parte, con la producción de IL-17 por las células epiteliales.
Por otra parte, se ha visto que los linfocitos Th2 manifiestan plasticidad en su diferenciación. Se pueden transdiferenciar en células duales Th2/Th17. Liu et al. han descrito tres endotipos inflamatorios asmáticos: Th2 predominante, Th2/Th17 predominante y Th2/Th17 bajo. El endotipo Th2/Th17 dual se caracterizó por la presencia de estas células en el BAL de asmáticos, capaces de liberar IL-4 e IL-17 al mismo tiempo. En este endotipo cabría esperar una celularidad mixta eosinofílico-neutrofílica, pero solo se apreciaron eosinófilos. Por el contrario, la presencia de neutrófilos ocurría en el endotipo Th2/Th17 bajo. En este se encontraron dos subendotipos, uno neutrofílico y otro paucigranulocítico14. Había un importante porcentaje (60%) de infección subclínica.
¿Es el asma neutrofílica un endotipo innato de la enfermedad o es adquirido?
El grupo de Fleming et al.15 demostró que puede haber un asma neutrofílica en niños escolares: presentaban este patrón un 10% de los niños con asma grave y un 25% de los que tenían asma de leve a moderada. Por lo tanto, el asma puede ser neutrofílica desde un inicio o puede evolucionar a un endotipo inflamatorio Th2 por la acción del tratamiento esteroideo, por inhalación de humo de tabaco o por cambios en la microbiota.
EFECTO DEL TRATAMIENTO ESTEROIDEO
Los corticoides, ya sean orales o inhalados, tienen un demostrado efecto antiapoptótico sobre el neutrófilo. El grupo de Hamilton diseñó un estudio en el que tres grupos de diez asmáticos eran tratados con corticoides a las dosis necesarias para controlar la eosinofilia en el esputo. El primer grupo precisaba prednisona oral, el segundo más de 500 µg de fluticasona o equivalente y el tercero menos de 500. Observaron que los pacientes tratados con prednisona oral presentaban más neutrofilia que los tratados con corticoides inhalados. Sin embargo, no hubo diferencias significativas en el estado de activación entre los tres grupos, lo que hizo pensar que la diferencia en neutrófilos se debe más al efecto del tratamiento que a la gravedad de la enfermedad16.
El grupo de Cowan incluyó a 94 asmáticos en un estudio en el que retiraron el tratamiento de forma progresiva hasta la pérdida de control o hasta el día 28. Entonces, trataron con 100 µg de fluticasona a los que mostraban hiperrespuesta bronquial. Midieron qué ocurrió con el patrón celular del esputo al final de la retirada terapéutica y después del tratamiento con el corticoide inhalado, apreciando que se redujo el porcentaje de pacientes con eosinofilia y se incrementó la proporción de pacientes con neutrofilia17.
EFECTO DEL TABACO SOBRE LA NEUTROFILIA BRONQUIAL
Por su parte, Thomson et al.18 llevaron a cabo un estudio con asmáticos graves de los cuales 461 eran no fumadores, 210 exfumadores y 69 fumadores activos. Comprobaron que el hecho de fumar activamente se asociaba con menor número de eosinófilos en esputo y más neutrófilos respecto a los no fumadores, resultados similares a los reportados por Siew et al. y anteriormente mencionados13.
CAMBIOS EN LA MICROBIOTA
La microbiota es el conjunto de microorganismos que se localizan de manera normal en los diferentes órganos (conviven de forma simbiótica). El conjunto total de los genes de nuestra microbiota es el microbioma. Durante mucho tiempo se había asumido la idea de que las vías aéreas inferiores eran estériles, pero las nuevas técnicas de análisis molecular microbiológico han refutado esta afirmación. Accediendo a las vías aéreas inferiores mediante BAL, cepillo protegido, biopsia bronquial o esputo inducido, se ha comprobado que los asmáticos tienen un microbioma anormal en comparación con los individuos sanos19.
Se ha demostrado que la microbiota actúa a través de los receptores Toll-like (TLRs) de la superficie epitelial para condicionar a las células dendríticas pulmonares para producir TGF-β, lo que a su vez influye en la producción de IgA en el pulmón. Los hongos respiratorios, bacterias y virus son reconocidos por los TLRs, RIG-1-like helicases y NOD-like receptors, los cuales, al ser estimulados, activan el nuclear factor κB group transcription factors (NFκB) con la posible inducción de más de cien genes proinflamatorios. Los microorganismos pueden alterar la permeabilidad del epitelio, aumentando el riesgo de infección y también el potencial dañino de sucesivas exposiciones alergénicas.
Durack et al. realizaron un estudio en 42 asmáticos alérgicos no tratados, en 21 individuos alérgicos sin asma y en 21 controles, obteniendo muestras con cepillo protegido con el objeto de hacer una secuenciación genética del 16S rRNA para analizar el mapa del microbioma. Se apreciaron diferencias en la composición del microbioma (lactobacilos y sphingo están disminuidos) en asmáticos respecto a los otros dos grupos. De forma interesante, comprobaron que la carga bacteriana era mucho menor en los casos de patrón inflamatorio Th2 alto. Aleatorizaron a los pacientes con asma alérgica a recibir fluticasona o placebo durante seis semanas y observaron que la respuesta a la fluticasona estaba ligada a diferencias en el microbioma inicial y que el tratamiento resultó en cambios en el microbioma final20.
Simpson et al.21 incluyeron en un estudio a 30 pacientes con asma eosinofílica o paucigranulocítica mal controlada a pesar de seguir un tratamiento con CI y a otros 16 con asma neutrofílica refractaria. Obtuvieron muestras de esputo y observaron que los adultos con asma neutrofílica tenían una menor diversidad bacteriana. La PCR confirmó la presencia de H. influenzae en 35 (76%) de los asmáticos mal controlados. Green et al. estudiaron el esputo de 28 asmáticos graves resistentes al tratamiento. Encontraron que la colonización de la vía aérea con gérmenes potencialmente patógenos se asociaba con más obstrucción bronquial y con inflamación neutrofílica22.
Resumen de la patogenia del asma neutrofílica
De todo lo precedente se puede extraer que la neutrofilia es el fenotipo inflamatorio predominante en un porcentaje de asmáticos, que existe evidencia de que la presencia de neutrófilos puede ser mediada por IL-17, aunque hay cierta controversia al respecto, y que hay una relación entre neutrofilia e infección subclínica por gérmenes patógenos. Esto origina la hipótesis de que cambios en la microbiota podrían aumentar la respuesta inflamatoria mediada por IL-17 y, como resultado de esto, la presencia de neutrófilos en el árbol bronquial. Esta secuencia tiene sentido, pero no ha sido probada en humanos, aunque sí hay un estudio publicado por Essilfie et al. con ratones a los que se les indujo asma con la administración intraperitoneal e intranasal de ovoalbúmina23. Se les infectaba después con H. influenzae y se pudo observar que esta infección reducía la inflamación Th2 y aumentaba la neutrofilia en el BAL; que esta neutrofilia se correlacionó en tiempo y en intensidad con una respuesta inflamatoria Th17; y que la supresión de esta respuesta inflamatoria Th17 por un Ac monoclonal abortó la neutrofilia.
Son necesarios estudios en humanos que refuercen esta hipótesis y también que expliquen por qué algunos pacientes manifiestan un patrón neutrofílico desde la infancia, explorando su relación con infecciones tempranas y con sucesos intraútero.
Biomarcadores de asma neutrofílica
El hecho de que la definición de asma neutrofílica descanse sobre el recuento celular en esputo supone un problema, ya que es una prueba inaccesible para la mayoría de los centros. El valor de los neutrófilos en sangre, un valor normal de eosinófilos en sangre o un cociente sanguíneo neutrófilos/linfocitos elevado no permite identificar neutrofilia en el esputo24,25. El estudio de Zhang et al.25 mostró que el número de neutrófilos en sangre y los cocientes neutrófilos/linfocitos, eosinófilos/neutrófilos y plaquetas/linfocitos son pobres predictores de neutrofilia en el esputo.
Baines et al.26 analizaron la expresión genética en esputo de 47 asmáticos con un patrón eosinofílico, neutrofílico y paucigranulocítico, y también en controles sanos. Posteriormente validaron sus hallazgos en una población de 59 asmáticos. Después de una serie de técnicas estadísticas se quedaron con un grupo de seis genes. Una expresión elevada de CLC (gen de la proteína de Charcot-Leyden), CPA3 (carboxipeptidasa 3) y DNASE1L3 (desoxirribonucleasa 1 like 3) definía asma eosinofílica, mientras que una expresión elevada de IL1β, ALPL (fosfatasa alcalina) y CXCR2 —chemokine (C-X-C motif) receptor 2— caracterizaba asma neutrofílica. Esta clasificación predecía mejor la respuesta a corticoides inhalados que el simple porcentaje de eosinófilos en el esputo. Esta firma genética pudo discriminar bien asma eosinofílica de no eosinofílica (AUC 89,6%), asma paucigranulocítica (AUC 92,6%), asma neutrofílica (AUC 91,4%) y controles sanos (AUC 97,6%), al mismo tiempo que pudo discriminar entre pacientes con asma neutrofílica y paucigranulocítica (AUC 85,7%) y controles sanos (AUC 90,8%).
En definitiva, es preciso avanzar en el desarrollo de biomarcadores que identifiquen a los pacientes con asma neutrofílica, algo que hasta el momento no se ha logrado.
Implicaciones clínicas
La mayoría de los estudios que han tratado de asociar fenotipo neutrofílico con características del asma son estudios transversales (recordemos que el fenotipo no es estable), en los que se definió la gravedad del asma en base a la dosis de corticoides (influyen en el número de neutrófilos) y que no examinaron con métodos objetivos si había una infección activa en ese momento.
GRAVEDAD DE LA ENFERMEDAD
En general, estos estudios demuestran que —en esputo, BAL o biopsia bronquial— el número de neutrófilos, la expresión del gen para la IL-8 o los niveles de esta o de su receptor están aumentados en asmáticos graves en comparación con los que lo son menos27-29.
En un estudio que incluyó a 20 controles sanos, 30 pacientes con asma no refractaria y 60 pacientes con asma refractaria, se apreció que el porcentaje de neutrófilos en el BAL era mayor en pacientes con asma refractaria que en pacientes bien controlados. Sin embargo, no había diferencias en el porcentaje de eosinófilos30. Un análisis de clústeres de la cohorte SARP29 incluyó a 423 asmáticos que fueron clasificados en cuatro clústeres diferentes (A, B, C y D). Los clústeres A y B eran de asma leve-moderada y los clústeres C y D de asma moderada-grave. La presencia de un patrón neutrofílico o mixto eosinofílico-neutrofílico era mayoritaria en los clústeres C y D.
OBSTRUCCIÓN BRONQUIAL. PÉRDIDA DE FUNCIÓN PULMONAR. HIPERRESPUESTA BRONQUIAL
En un estudio clásico del grupo de Woodruff, que incluyó a 205 adultos asmáticos, se apreció que la eosinofilia y la neutrofilia en la vía aérea contribuyen de forma independiente a la obstrucción bronquial, pero solo la eosinofilia lo hace en lo referente a la HRB4.
Neutrofilia en las exacerbaciones
Fahy et al. observaron que en pacientes que acudían a urgencias por una exacerbación asmática había una prominente neutrofilia en el esputo. Muchos de estos pacientes habían experimentado síntomas compatibles con una infección respiratoria los días previos, lo que hace pensar que este haya sido el mecanismo precipitante. Curiosamente, esta neutrofilia persistía en la fase de recuperación, lo que ha sustentado la hipótesis de que las proteasas liberadas por los neutrófilos podrían ser clave en la digestión de los tapones mucosos31.
Tratamiento
Hasta la fecha, los resultados de los fármacos dirigidos específicamente contra el asma neutrofílica han sido negativos. El problema de estos estudios (Tabla 2) es que no fueron estratificados por el fenotipo inflamatorio.
Tabla 2.
Tratamientos específicos para el endotipo asmático neutrofílico
|
Acción |
n |
Pacientes |
FEV1 |
Síntomas |
Exacerbaciones |
Golimumab |
Anti-TNF |
309 |
AGNC (CIs-LABA). |
= |
= |
= |
Infliximab |
Anti-TNF |
38 |
AM (CIs). |
? |
? |
↓ |
Brodalumab |
Anti-IL17 |
302 |
AMG (CIs). |
= |
= |
= |
GSK2190915 |
Anti-FLAP |
AMG (CIs-LABA).Neutrofilia en esputo. |
= |
= |
? |
|
SCH527123 |
Anti-CXCR2R |
34 |
AMG (CIs-LABA). Neutrofilia en esputo. |
= |
= |
? |
AZD5069 |
Anti-CXCR2R |
640 |
AGNC (CIs-LABA).Neutrofilia en sangre. |
= |
= |
= |
FLAP: proteína activadora de la 5-lipooxigenasa (LTB4 es un potente quimioatractor de neutrófilos); AGN: asma grave no controlada; AM: asma moderada; AMG: asma moderada-grave.
Después de los primeros fracasos con los anti-TNF-α —no lograron una mejoría clínica evidente y aumentaron el riesgo de neoplasia pulmonar32— se ha explorado la efectividad de un monoclonal —brodalumab— que es una IGg2 humana que bloquea el receptor IL-17RA, lo que bloquea la actividad biológica tanto de la IL17-A como de la IL17-F. En este estudio se encontraron algunos beneficios sintomáticos en pacientes con un alto grado de reversibilidad, pero sin mejoría funcional y con un aumento de las infecciones respiratorias33.
Paul O’Byrne et al. probaron un antagonista del CXCR2 en el tratamiento de pacientes con asma grave no controlada. AZD5069 es un antagonista del receptor de la quimiocina CXCR2 que bloquea el efecto de la IL-8. El estudio es un fase 2b de 6 meses de duración e incluyó a 640 asmáticos que estaban mal controlados a pesar de recibir dosis altas de un CI y un LABA. El perfil neutrofílico de la inflamación bronquial fue definido por los valores en sangre, lo que es criticable. Los asmáticos que recibieron AZD5069 vieron reducido el recuento de neutrófilos en sangre en más del 20,5% después de 6 meses con la medicación a dosis de 45 mg, pero no se vieron diferencias respecto al brazo placebo en exacerbaciones, síntomas o función pulmonar34. Quizás la selección de pacientes no haya sido la adecuada o bien la reducción de neutrófilos no haya sido suficiente para conseguir efectos clínicos.
Más allá de la triple terapia, que se ha mostrado eficaz en todo tipo de asmáticos, quizás el tratamiento más aplicable en el momento actual sean los macrólidos. A este respecto cabe citar el estudio de Brusselle et al.35, que mostró una reducción de exacerbaciones —en un subgrupo de pacientes con asma “no eosinofílica”— al añadir azitromicina a una combinación en pacientes con al menos dos exacerbaciones graves en el año previo o infecciones que hubiesen precisado antibiótico. Estos resultados fueron ratificados por el estudio AMAZES36, que incluyó a 420 asmáticos no controlados con una combinación y los aleatorizó para recibir 500 mg de azitromicina cada 48 horas o placebo. Después de 48 semanas, la azitromicina demostró reducir las exacerbaciones de 1,86 por paciente y año a 1,07, y esto ocurrió independientemente del endotipo asmático y también del crecimiento o no de microorganismos potencialmente patógenos en el esputo de los asmáticos.
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